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Medida de calidad del aire mediante captadores pasivos difusivos

La medida de la calidad del aire mediante captadores pasivos difusivos es una técnica sencilla para la determinación de contaminantes en el aire que permite identificar zonas críticas y evaluar las tendencias de contaminación atmosférica. Es una metodología de bajo coste que facilita la realización de mediciones simultáneas en múltiples puntos y está avalada por normas europeas aprobadas por el Comité Europeo de Normalización (CEN).

Un difusor pasivo es un dispositivo que capta muestras de contaminantes de gas o vapor de la atmósfera a través de un proceso físico como la difusión o la permeación, sin necesidad de un movimiento activo de aire. Los captadores pasivos para gases se rigen por la Ley de Fick, que establece una relación entre el flujo de gas que difunde desde una región de alta concentración, el tiempo de exposición y el área del captador expuesto al contaminante. En el difusor pasivo, se crea un gradiente de concentración entre el ambiente exterior y el agente absorbente, lo que mueve al contaminante desde el aire hacia el absorbente por difusión.

El tiempo de exposición de los captadores pasivos, que puede variar de un día a un mes, es clave para obtener resultados representativos. Para cada compuesto, se debe seleccionar un absorbente específico y, una vez transcurrido el tiempo de muestreo, las muestras se analizan en laboratorio para determinar la cantidad de contaminante captado. Es importante contar con un plan de muestreo adecuado que defina la zona de estudio, el número de puntos de muestreo y su ubicación. En algunos casos, también puede ser necesario medir variables meteorológicas. Estos dispositivos son ideales para cubrir áreas amplias sin la necesidad de conexiones eléctricas y con equipos de bajo coste.

El sistema de muestreo se compone de un cartucho o tubo absorbente, un cuerpo difusor, un soporte de enganche y un soporte para fijación y protección. Las principales ventajas de los captadores pasivos son su bajo coste económico, facilidad de ubicación, no requieren alimentación eléctrica, son discretos y permiten tiempos de muestreo prolongados, lo que los hace adecuados para estudios de contaminación ambiental a gran escala y a largo plazo.

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